Vivimos en una era de notificaciones constantes, multitarea y ruido digital. Pero como plantea Cal Newport en su libro Céntrate (Deep Work), la verdadera ventaja competitiva hoy no es estar disponible todo el tiempo, sino tener la capacidad de trabajar con intensidad y sin distracciones.
En Gálvezoft hemos adoptado esta filosofía: menos interrupciones, más profundidad, especialmente en proyectos de software que requieren atención total.
Es la capacidad de concentrarse sin distracciones en una tarea cognitivamente exigente. Newport lo define como una habilidad cada vez más rara y, por tanto, más valiosa en la economía del conocimiento actual.
Cuando un desarrollador entra en este estado:
Por el contrario, el trabajo superficial —revisar correos, responder mensajes, navegar sin rumbo— crea la ilusión de productividad sin avanzar realmente. Es el equivalente a correr en una cinta: te agotas, pero no te mueves.
En nuestros procesos de trabajo promovemos:
También animamos a nuestros desarrolladores a apagar notificaciones y a trabajar offline cuando sea posible. Las reuniones innecesarias se evitan.
El trabajo profundo no es un lujo para los días tranquilos, es un hábito que se entrena. En una industria donde la atención está constantemente fragmentada, los que logren enfocarse con intensidad serán los que marquen la diferencia.
“El trabajo profundo es como el entrenamiento de alto rendimiento para la mente. Si lo dominas, tu valor como profesional se multiplica.”
En Gálvezoft seguimos creyendo que el mejor código nace en silencio, cuando la mente está totalmente presente.